Arturo Oñativia

Breve introducción

OñativiaNació en Salta el 16 de abril de 1914. Cursó la escuela primaria y secundaria en esa ciudad y se recibió de bachiller en 1932. Continuó sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, allí obtuvo su doctorado con la calificación de sobresaliente.

Su actividad médica asistencial comenzó en Clínica Médica en el Hospital Torcuato de Alvear y en 1942 concursó y ganó un cargo como médico endocrinólogo en el Hospital Rivadavia, donde su jefe fue el doctor Enrique del Castillo. Completó su formación de postgrado en endocrinología a través de innumerables cursos de capacitación y de intensos trabajos científicos. También se desempeñó como docente en ese mismo hospital y compartió esta actividad con el doctor Tobias en Clínica Médica y con el doctor del Castillo en Endocrinología.

Como investigador realizó treinta y dos trabajos que fueron publicados en revistas nacionales y extranjeras. Participó, además, de la redacción de libros sobre endocrinología y también en traducciones al castellano de varios libros de la especialidad.

Durante 15 años, el doctor Oñativia trabajó en distintos centros de salud de Buenos Aires hasta que en 1955, regresó a su Salta natal. Volvió decidido a volcar toda sus capacidad y energía en la creación y en la puesta en marcha del Instituto del Bocio y luego, el de Endocrinología . Toda su labor, junto con los trabajos del doctor Perinetti en Mendoza, fue pionera en la erradicación del bocio endémico en el país.

En 1963, durante el gobierno del doctor Arturo Illia, fue convocado para ejercer el cargo de Ministro de Salud Pública.  Desde ese cargo, Oñativia complementó su tarea de erradicar el cretinismo bocioso a través de la promulgación de la ley 17259 de «Obligatoriedad del uso de la sal enriquecida con yodo como profilaxis del bocio endémico».  

Oñativia impulsó toda una serie de iniciativas fundamentales como la ley de Reforma del Sistema Hospitalario Nacional y de Hospitales de la Comunidad, amén de la creación del Servicio Nacional de Agua Potable, que garantizaba la provisión de la misma a las comunidades rurales.

Asimismo, fue de importancia estratégica la ley de Medicamentos -la 16.462 y 16.463-conocida como ley Oñativia que le daba al medicamento un carácter de «bien Social» al servicio de la Salud Pública y de la Sociedad. Esta ley, promulgada en 1966, reglamentaba un estricto control técnico de las drogas sujetas a la experimentación humana, además del control de precios, según la demanda de las mismas.

En ese mismo año (1966), regresó a Salta sin un centavo en sus bolsillos. Sus amigos coprovincianos, lo recibieron con el mejor homenaje que puede hacérsele a un hombre público, intachable e invalorable: se hizo una suerte de colecta para conseguirle una vivienda y un automóvil a fin de que pudiera ejercer su profesión en su tierra natal.

Su siguiente objetivo fue tratar de resolver en parte, los graves problemas de desnutrición que padecía la población del NOA, lo cual generaba una alta morbimortalidad infantil. Con la misma metodología empleada para la organización del Instituto del Bocio, creó el Instituto de Investigación en Enfermedades Nutricionales, la carrera de Licenciatura en Nutrición, y de Enfermería Universitaria.

Conjuntamente con la Universidad de Salta y el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se elaboraron alimentos de alto valor nutritivo y de bajo costo para distribuir entre la población de menores recursos. Lamentablemente, este proyecto tampoco se prolongó en el tiempo debido a la particular situación política que vivía el país en ese momento.

Fue profesor titular de la Cátedra de Problemas Socioeconómicos de la Región del NOA y presidió la Comisión de Factibilidad de la Universidad de Salta. Fue, además, miembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia de Medicina de Córdoba.

Recibió innumerables premios, como el otorgado por la Sociedad de Medicina Interna de Buenos Aires al mejor trabajo científico realizado en 1954. Obtuvo el Premio Mariano Castex entregado por la Academia Nacional de Medicina en 1970, el Premio Essex de la Sociedad Argentina de Progresos en Medicina Interna en 1975, el Premio al Mérito Distinguido del Círculo Médico de Salta en 1984, la Medalla de Oro otorgada por el Servicio Nacional de Agua Potable(SNAP) al cumplirse los veinte años de su creación. También la Fundación Konex le entregó en diploma de Honor y el Konex de platino en 1983, en la especialidad de bromatología.

En 1983, el 3 de abril y a los 69 años de edad, cuando se aprestaba a competir en las elecciones de octubre como candidato a gobernador por Salta, cayó abatido por su enfermedad que le costó la vida.

Labradores de la Salud Popular
Hombres y mujeres que transitaron por la historia aportando conocimiento y compromiso para cambiar las realidades empobrecidas de salud, ganadas por tanta enfermedad que no genera sólo el microbio, como decía Carrillo.

 Fasículo V de la serie coleccionable “LABRADORES DE LA SALUD POPULAR”

oñativia labrador

 

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