“La vida de estos pibes está completamente desarmada”


Quinquela-Martin-Azara-Detras-TELAM_CLAIMA20140512_0001_14El domingo 11 de mayo, el colectivo 37 de la línea 12 perdió el control y Tiara Jazmín Flores de  3 años murió. Vivía en una vereda de las calles Azara y Quinquela Martín, como tantas otras familias que viven en situación de calle, y niños y niñas qué además,  ni siquiera son censados. Según El informe de la Asesoría General Tutelar y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)  publicado en marzo de este año “cerca de medio millón de personas carecen de una vivienda digna en la ciudad de Buenos Aires. Existen 26 asentamientos precarios, 16 villas de emergencia, 19 conjuntos habitacionales, dos núcleos habitacionales transitorios, 172 inmuebles intrusados, 879 predios e inmuebles en la traza de la ex autopista, 3288 familias receptoras de subsidios alojadas en hoteles, 21 conventillos que son propiedad del Instituto de Vivienda de la Ciudad, 4 hogares de tránsito, 21 viviendas transitorias y 1950 personas en situación de calle”.

“Estar en la calle significa no acceder a la educación, no ir a la escuela, o estar inscriptos en alguna escuela pero discontinuar permanentemente su educación, ‘comer a los premios’: al mediodía en un comedor y a la noche no, estar expuesto permanentemente, al tránsito, a la gente desconocida, a los riesgos de estar todo el tiempo en la calle; y que, cuando se acaba la plata haya que buscar estrategias de supervivencia. Enfermedades que no se tratan, las infecciones son muy comunes, y entran por la guardia con cuadros re complejos que deberían ser una pavada. Es una constante de vulneración de derechos” afirma Clarisa Gambera, de la Central de Trabajadores de la Argentina de la Ciudad de Buenos Aires, integrante del Espacio de Niñez.

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La muerte de Tiara, debería, aunque no lo hizo, abrir el debate sobre la situación en la que “viven” cientos de niñas, niños, adolescentes y adultos. Pero no fue así.

El último censo –según los datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Social- contó “en 2013 unos 850 adultos en situación de calle. Ese número incluía a todas las familias que vivían en ranchadas en distintas zonas de Capital”. Pero hay un dato más que saliente: Pilar Molina, directora de Niñez del Ministerio de Desarrollo Social porteño dijo al diario Clarín la semana pasada que “no se contempla a los menores de 13 porque se los considera chicos que están bajo la órbita de sus familias. Y que para ellas se aplican otras medidas específicas. Por eso no hay registros de cuántos son los chicos más chicos que están en riesgo en plena calle”.

Mariela Fumarola, integrante de la Organización Camino Solidario, nos contó sobre los programas que  se encuentran disponibles en la ciudad de Buenos Aires. “Hay un subsidio para la gente en situación de calle que da el gobierno y otro plan que da la Nación. Pero es todo es muy difícil, todo a ellos les cuesta mucho, esos trámites no son fáciles. Muchos se traban, ya sea por falta de documentos, recibos de la pensión, y ahí se arma todo un entramado que resulta increíble”. Si presentan los recibos de la pensión que habitan, ese dinero les es devuelto mediante el subsidio, ocurre que a veces, la mayoría de las pensiones o no tienen recibos o no quieren entregarlos. En otras oportunidades, el dinero que es de alrededor de mil doscientos pesos por mes, alcanza solamente para cubrir 20 días, es decir, que “nunca pasan un mes bajo techo” confirma Fumarola.

Gambera, desde la CTA nos agrega que “la constante que vemos los que trabajamos en la Dirección de Niñez , es que hay situaciones de pibes que son segunda, o incluso tercera generación en situación de calle, con todo el  desorden de subjetividad que eso representa. Nosotros por ahí ni nos damos cuenta, que tu mamá te levanta a una hora, te da el desayuno, vas a la escuela siempre al mismo horario, que alguien de tu casa se va a trabajar, cuando todo esto no está, la vida de estos pibes está completamente desarmada”.

Sobre la falta de datos que de cuenta cuántos son los niños y niñas que viven con sus familias en situación de calle, confirma que “no se hizo un censo que contemple a los chicos más chiquitos porque se los considera parte del núcleo familiar, se consideran las ranchadas, y son en general pibas y pibes más grandes, 11 o 13 años, que son los que después intentan derivar en algún parador pero la mayor parte de las veces vuelven a la situación de calle”.

¿A quién o quiénes les corresponde cuidar a estos pibes? En la ciudad de Buenos Aires, “quién debería contar debería ser el BAP, (Buenos Aires Presente), que es quién debería recorrer las calles y contabilizar, pero tampoco lo hacen porque ellos vienen trabajando en un esquema de reducción de daños, acercando en el marco del Operativo Frío alguna vianda, alguna frazada, algo caliente, y a lo sumo si las personas acceden pasan la noche en un parador, y en general no acceden porque pierden todo lo que tienen, que son sus pertenencias, si están en calle, por ahí alguna familia pasa a bañarse pero vuelve a la ranchada que es lo más parecido a una casa, y después está la posibilidad de acceder a algunos subsidios, que son por un tiempo y  te los cortan. La cantidad de requisitos formales de los paradores y los subsidios deja afuera a un montón de gente.  Y ahora cuando venga la ola de frío los vamos a ver a full repartiendo frazadas… “

Tanto Gambera como Fumarola coinciden en que “ es bastante hostil estar sólo en un parador y hay un parador que es para familias que está lleno. Después hay para niños y niñas pero tienen que estar  sólos, sin  sus papás. La Ley de Niñez es clara, no hay que separar a las niñas o niños porque sus papás sean pobres”.

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Rocío y la Ley del Patronato

“Nosotros nos enteramos del caso que llegó al Foro en agosto. Rocío tenía 17 años y estaba embarazada, en situación de calle. Aún sin parir todavía, había sido desalojada del parador en el que estaba, porque acababa de cumplir 18 años”. Quién nos cuenta este caso es Florencia Morelli, integrante delequipo Jurídico del Foro por los Derechos de la Niñez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires.

Rocío es uno de los tantos casos de adolescentes en situación de calle, institucionalizada desde los 9 años, con entradas y salidas de institutos de menores, y la aplicación del viejo paradigma del patronato en su totalidad.  Sola y embarazada pateaba la calle recibiendo hostilidad. “Interpelamos a la Secretaria de Niñez porque ella a pesar de ser una futura madre de 18 años, el bebé que iba a nacer es  un niño”. Con este argumento legal, desde el Foro comenzaron a trabajar en los mecanismos legales que le permitieran encontrar un hogar. Las respuestas que recibían era que “Rocío no se adaptaba y proponían encontrarle un lugar al bebé, pero no a ella”.  Dos días antes de que pariera desde el Foro junto al entonces Defensor del Fuero Penal Juvenil Julián Axat, interpusieron un amparo judicial que obligaba a la provincia de Buenos Aires y al Municipio de La Plata a  “alojarla en una institución para madres jóvenes con chiquitos recién nacidos”. La primera respuesta fue mandarla a dos albergues nocturnos, que no eran adecuados, “ entonces nos quejamos de eso , hasta que finalmente la alojaron en una institución materno- infantil. El tema es que no se trabajó para que se sintiera alojada, y una chica que vivió en la calle, que tiene cuestiones transversales, que vive a la defensiva, desde los 9 años en la calle, no es fácil abordarla, y ahora siendo madre, cuando ella no tuvo madre”.

Como si todo esto fuera, poco, Morelli agrega que “los albergues nocturnos pueden ocuparte recién después  de las 19 horas y con una comida. Además hoy con gravísimos problemas de provisiones y de infraestructura, y recibe a todos:  niños, madres, ancianos. Es solamente para la emergencia”.

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Rocíos, Tiaras, veredas que no son palacios, y mucho menos, son capaces de alojar princesas.

 

Fuente: La Olla TV