Medicina de la UNR ya evaluó la salud de más de cien mil habitantes de tres provincias


Aportan herramientas para programas de profilaxis. Las encuestas brindan un diagnóstico sobre las probables causas de las afecciones y las comparan con índices nacionales.

1207_lr2601.jpg_88717827 Con su vigésimo campamento sanitario realizado esta semana en Chabás, la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR superó las cien mil personas relevadas en pequeñas localidades de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. El dispositivo, que incluye no sólo el registro y evaluación de la salud de las poblaciones sino talleres de promoción y charlas a las comunidades, es una de las instancias finales para los estudiantes, y una experiencia que apunta a recuperar el concepto del viejo médico de pueblo, comprometido con su realidad.

El operativo se realiza cada tres meses y a pedido de las comunas, y es posible gracias al aporte de éstas y a los recursos propios de la casa de estudios. Es todo un acontecimiento para los pobladores, que están atentos al arribo de alrededor de un centenar de alumnos y docentes de medina, enfermería y fonoaudiología, que por una semana se instalan a trabajar en cada destino.

«Para los vecinos es movilizador ver a los chicos caminando, yendo y viniendo en grupos y tiene un impacto muy fuerte en las comunidades que han estado acostumbradas durante muchos años a que la facultad no tuviera presencia en las localidades, como si fuera algo que está lejos, inalcanzable. Entonces, que la universidad venga a buscarlos y les pregunte ‘¿qué te pasa?’ significa mucho para ellos y eso es lo que a los estudiantes más los conmueve», contó a La Capital, Javier Albea, médico y docente del área Práctica Final de la carrera.

«Te estaba esperando». De acuerdo a las características del campo a encuestar, los alumnos se organizan y reparten sectores para visitar a cada familia. «Ellos realmente se emocionan al golpear una puerta y que les abran diciéndoles ‘Pasá, te estaba esperando; que los inviten a compartir un mate y que la gente se abra y les cuente más cosas de las que se imaginan. En realidad es un ‘te estaba esperando para contarte cosas que me duelen, no desde el cuerpo sino relacionadas con la pérdida de seres queridos, enfermedades con mucha carga emocional», destacó el tutor.

Es que en su visita, los encuestadores proponen contestar un cuestionario que incluye preguntas relacionadas con los problemas de salud de los vecinos, focalizándose en la presencia o no de casos de cáncer en las familias; embarazos, complicaciones y pérdidas de éstos; enfermedades congénitas, discapacidades y causas de fallecimientos, entre otros datos requeridos. Además, se relevan las condiciones medioambientales, tales como servicios básicos, tipo de agua que se consume y presencia de olores desagradables.

Mientras se desarrollan las entrevistas, los encuestados «nos muestran todas sus dolencias y hasta nos muestran todos sus estudios y análisis, pese a que les hacemos hincapié en que no hacemos actividades de diagnóstico», aclaró Albea.

Otro fenómeno que se da en estos encuentros es la catarsis de aquellos que padecen flagelos de contaminacion medioambiental. «Más allá de que casi todas las localidades de la zona sur de Santa Fe se caracterizan por una gran producción agroindustrial intensiva dependiente de agroquímicos, todavia hay en algunas localidades otros problemas puntuales relacionados con industrias que tienen cerca, como aceiteras, graserías, textiles y frigoríficos», agregó.

Naturalización. Entre numerosas anécdotas sobre situaciones llamativas de los relevamientos, el profesional mencionó el fenómeno de naturalización de algunos padecimientos de los encuestados. «Una de las preguntas que se les hace es si perciben olores desagradables y contestan que no, mientras que el estudiante no aguanta más el hedor. Eso refleja cómo el hecho de estar expuesto tanto tiempo a ello lleva a los vecinos a naturalizar más allá de lo fisiológico, porque el estímulo se deja de percibir».

Otro ejemplo de cuestiones llamativas que emergen en los campamentos sanitarios tiene que ver con la pregunta sobre si los entrevistados tienen problemas de salud que hayan durado más de doce meses. Una vez más dicen que no. «Después les preguntamos si toman algún medicamento y entonces traen la cajita llena, una señal más de la naturalizacion de algunas cosas o que algunas enfermedades no presentan síntomas y dejan de estar en la representación de la gente. Esto también nos hace plantear ¿qué es estar sano? ¿cuál es la concepción de salud y de enfermedad. Todo es parte de lo mismo», concluyó Albea.

El primer campamento sanitario de la Facultad de Medicina de Rosario se realizó en diciembre de 2010 en Santa Isabel y luego hubo regularidad cada tres meses en Murphy, María Teresa y San Gregorio (simultáneamente), Villa Cañás, Bovril (Entre Ríos), María Susana y Bouquet, Wheelright, Totoras, El Ortondo y Hughes, Bigand, Arias, Cañada Rosquín, La Emilia (Buenos Aires), Acebal, Alcorta, Ibarlucea y Chabás. El próximo relevamiento que realizará la casa de estudios será en María Juana, en marzo.

«No se pude negar que algo está ocurriendo»

Las cifras obtenidas en los campamentos sanitarios revelan datos alarmantes con respecto a los parámetros nacionales.Mientras en el país la principal causa de muerte son los trastornos cardiovasculares, en los pueblos relevados el principal factor es el cáncer. También se ha detectado un incremento notable de enfermedades como hipotiroidismo, diabetes, problemas respiratorios, alergias, obesidad, entre otras, y mayor cantidad de abortos y malformaciones.

«La incidencia anual de nuevos casos de cáncer calculada en 2008 era de 206 cada 100 mil habitantes. En promedio, en las poblaciones evaluadas era de 368,2. Ello significa 1,8 veces más. Mientras la media nacional de hipotiroidismo era del 1,5 por ciento, acá registramos entre 9 y 20. No se puede negar que algo está ocurriendo», denunció Damián Verzeñassi, subsecretario de Extension Universitaria y responsable de Práctica Final de la carrera de medicina de la UNR.

«Se inauguran hospitales con dineros que nacen de una recaudación impositiva a la venta de granos al exterior, que se producen con la necesidad de cargar química venenosa en el ambiente. Lamentablemente esta lógica no es parte de la genética de una estructura partidaria, sino que actores diversos y en distintos lugares actúan de la misma manera», disparó el profesional.

«Nuestro país ha sido indicado como uno de los territorios que en el mundo tiene que soportar la producción de comodities, contaminante, para que otros países puedan limpiar su territorio, volver a recuperar tierras y aguas saludables, aires que puedan ser respirados y ganar en salud», remató.

Publicado en: La Capital