Volver a Carrillo


por Jorge Yabkowski Secretario de Salud Laboral de la CTA. Presidente de la Federación de Asociaciones Sindicales de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FeSProSa)

El Gobierno Nacional ha anunciado el pago parcial de la deuda contraída con las Obras Sociales Sindicales. Según ha trascendido serían beneficiada aquellas que por su pequeño volumen presentan desequilibrios más severos.

Este hecho en si mismo pone en tela de juicio nuestro modelo de seguridad social, único en el mundo.

Alemania, por ejemplo, precursora de la seguridad social desde fines del siglo diecinueve,tiene cuatro cajas. España tiene un sistema único, Perú y Méjico un solo Instituto del Seguro Social. Nosotros tenemos 330 cajas, a pesar de que se reconocen sólo 70 ramas de actividad. Es decir que hay ramas que tienen hasta diez obras sociales distintas.

Este es el producto del modelo sindical argentino fundado por Perón dos semanas antes del 17 de Octubre del 45 mediante el Decreto 23852 y reafirmado y perfeccionado por Onganía mediante la ley 18610.

El efecto disciplinador sobre una dirigencia sindical que debía administrar estas enormes sumas de dinero fue señalado por Rodolfo Walsh en el periódico de la CGT de los Argentinos en 1968. Lo llamó el sindicalismo del 3%, refiriéndose al descuento obligatorio que estableció la ley de la dictadura. Los sectores intelectuales que apoyan al gobierno en el campo sanitario vienen señalando esta contradicción.

Tenemos un sistema caro, fragmentado, prebendario, con nichos de corrupción escandalosos y sanitariamente ineficaz.

Admitiendo que la amenaza de la estatización de los fondos sea algo mas que una espada de Damocles disciplinadora no creemos que esa medida per se pueda traer cambios positivos. Menos si las compras centralizadas a la industria farmacéutica se hicieren con el modelo PAMI, sin favorecer la producción nacional de sueros,vacunas y medicación genérica.

La precondición debería ser abrir un amplio debate nacional que intente responder democráticamente cual es la mejor vía para arribar al Sistema Único de Salud (y no a un seguro) que soñó Ramón Carrillo.

Hay que debatir qué papel jugará el sistema estatal que debe ser repotenciado y financiado, qué piso de derechos universales tendrán todos los ciudadanos con respecto a las prestaciones de salud con la sola condición de residir en nuestro suelo.

Encarar este debate implica no sólo una reformulación de un modelo sindical y de seguridad social agotado sino también el abandono de la concepción de la salud pobre para los pobres, apoyada en los planes focales del BID y el Banco Mundial como el Nacer y ahora el SUMAR, planes que no han traido mejoras en indicadores sensibles de salud como la mortalidad infantil y la mortalidad materna.

En definitiva, decimos que la estatización de los fondos de las Obras Sociales no garantiza per sé una mejoría en las prestaciones de salud.

Se corre el peligro de crear una nueva caja secundaria para financiar al Tesoro sin encarar la reforma profunda que necesita nuestro sistema sanitario.

Fuente: http://www.agenciacta.org/spip.php?article5770

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